Sobre el Dresdenverso que estamos aplicando a nuestra ciudad ya ha hablado Kaa en su blog, os remito al blog de Derfel para mayores detalles sobre el estatus quo de True Colors. Por mi parte, aquí a continuación dejo una leve introducción a mi personaje: Ángel Ocaña de Villena.
Sevilla, 15 de Mayo, 10:25 de la mañana.
Le conté todo lo ocurrido.
Escuchó y asimiló lo que le fui explicando. Y lo primero que
dijo fue:
- - ¿Tienes una cita?
Abrí los ojos, parpadeé y miré con fuerza a Nacho.
- - Porque con tu cara no puedas conseguir que tías ebrias
te miren, no significa que a mí me pase igual.- le espeté con el tono más condescendiente que pude usar.
- - Di lo que quieras – Nacho ya no suele entrar en
mis trapos- Vamos, Ángel, creía que te ibas a pasar la vejez rompiendo balones
a los niños y cabreando a los del dominó de la peña.
Volví a mirarlo fuerte
- - Bueno, no es que hayas estado muy interesado en
mujeres desde que Alicia y tú os separasteis
- Dijo Nacho.- Vamos a ver, nunca sales de marcha, más que al club ese,
y siempre desapareces. Nunca intentas conseguir un número de teléfono. Creía
que simplemente no querías. – reflexionó durante un minuto- . Pero que coño,
Ángel, resulta que eres ¡Tímido!
- - Tímidas mis pelotas.- le dije
- ¡Vamos! La chica ha tenido, prácticamente, que tirarse a tus brazos.
- ¡Vamos! La chica ha tenido, prácticamente, que tirarse a tus brazos.
Hace casi un año que Nacho es el camarero de cuyos desayuno me quejo y que me pone los cafés con los que me enjuago a media mañana. Los desayunos son como un ancla, son de esos momentos del día que me conectan a la realidad de los muggles. Muggles, si al menos mi madre me hubiera leído libros como los de Harry Potter... pero no, me tenia que aprender la descendencia completa de 30 archiduques. Con sus escudos, blasones y en algunos casos sus lemas. Memorizar con los ojos cerrados la situación exacta de los libros de la biblioteca privada de mis padres y claro, no podían compensar esas rarezas apuntándome al fútbol para socializar un poco, no, a dar clases de esgrima y unas cuantas disciplinas más que ninguno sabría pronunciar decentemente.
Al final le tengo que dar la razón a mi ex-esposa en eso de que he encontrado un cómodo lugar en la queja perpetua. El poder tiene muchas formas, y pese a no ser un mago he conseguido empezar a labrarme cierta reputación en el mundo sobrenatural. Esa parte de mi vida la adoro y la detesto a partes iguales. Adoro patearles la cara a cabrones listillos, sean muggles o no, pero detesto que sea por interés de otros listillos. Y si no fuera por la vida que he tenido que llevar hasta que mis padres desaparecieron no habría tenido el poder de detener a aquellas alimañas que atacaron a Alicia.
Al final le tengo que dar la razón a mi ex-esposa en eso de que he encontrado un cómodo lugar en la queja perpetua. El poder tiene muchas formas, y pese a no ser un mago he conseguido empezar a labrarme cierta reputación en el mundo sobrenatural. Esa parte de mi vida la adoro y la detesto a partes iguales. Adoro patearles la cara a cabrones listillos, sean muggles o no, pero detesto que sea por interés de otros listillos. Y si no fuera por la vida que he tenido que llevar hasta que mis padres desaparecieron no habría tenido el poder de detener a aquellas alimañas que atacaron a Alicia.
El teléfono móvil suena. Otra vez la sintonía compuesta por Morton Stevens, con su percusión y vientos inconfundibles. Cuando lo cojo ya sé que esa llamada me traerá problemas, aun antes de escuchar al otro lado la voz de Gutierrez, el troll que trabaja en las puertas del club Freskura, quien con su lenguaje directo dice -Gala quiere verte, YA.- y a continuación cuelga y me quedo pensando en como cojones voy a convencer de nuevo al encargado de que me deje salir antes de mi hora.
Tras un tira y afloja con el encargado, y trabajar a cambio dos sábados mas, consigo liberarme de mis quehaceres, y me dirijo al Freskura, donde Gala y Gutierrez me esperaban con caras de pocos amigos.